Identidad en ficción: Origen y Sociedad


Las historias contadas siempre han enfrentado a sus protagonistas a diversos tipos de conflictos, pero en algunas ocasiones las motivaciones de los personajes es saber más sobre ellos mismos. Cuando vemos este tema algunos nos preguntamos: ¿Qué define nuestra identidad?, ¿Lo qué somos? Y quizás suene ambiguo, pero entrando en detalle en la ficción se evalúa lo que es la relación del individuo con la sociedad. Hay muchas preguntas para hablar de un tema tan amplio como la identidad, pero este escrito se centrará en la indagación planteada.

El entorno es una influencia para el ser humano, ya que, de este, toma elementos que definen su identidad como gustos o propósitos en la vida. Aunque queda la pregunta sobre cuál es esa parte autentica y única que toma esas decisiones. Acaso sería algo que viene desde nacimiento. ¿Quiénes somos define nuestra identidad?

Este cuestionamiento puede estar ligado a factores como raza o lugar de procedencia, todos estos elementos entran como juego para presentar situaciones interesantes en el mundo que contemplamos en la ficción, ya que, muchas veces, la estructura narrativa del viaje del héroe se presta para que el personaje pueda tener su respuesta a sus conflictos sobre su identidad.

El establecimiento de sociedades bien estructuradas enriquece mucho a una obra y más cuando presenta diversas situaciones entre los miembros que la conforman.  Por ejemplo, cómo los personajes se perciben entre ellos. Sin embargo, otras personas podrían tener una imagen diferente a la que tiene cada uno de sí mismo, por lo que la identidad se vuelve algo más propio de la persona. La literatura nos permite conocer cómo funcionaban las sociedades en la época y los lugares en los que ha sido escrita determinada historia y es usual ver en las mismas a los personajes buscar sobresalir en su entorno para cumplir sus objetivos rigiéndose por los paradigmas del contexto social y cultural en el que se encuentra.

La pregunta ¿Quiénes somos? se ha prestado para conflictos muy interesantes, la inspiración para muchos de estos es la leyenda de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma que se dice fueron amamantados y cuidados por una loba, de aquí surgió el tropo: Criado por lobos.

Estatua de la Luperca amamantando a los dos niños que serían los fundadores de Roma

Este tropo consiste en que el protagonista es criado por animales y uno de los primeros ejemplos es una recopilación de historias publicadas en 1894, aunque para nosotros serían más familiares las versiones que ha creado Disney. En este caso habló del Libro de la Selva, del autor Rudyard Kipling, un inglés que vivía en la India. En estos relatos conocemos la vida de Mowgli, un niño que fue criado por lobos y quien, para ser reconocido como uno de los mismos, debe acogerse a la ley de la selva.

Otro ejemplo similar lo veríamos en 1912, cuando ocurre la primera aparición del reconocido personaje creado por Edgar Rice Burrougs: Tarzán. En este caso, es un niño que ha sido criado por gorilas para luego crecer y convertirse en el rey de la jungla.

Aunque el origen de estos personajes los determina como pertenecientes a la especie humana, estos se terminan acogiendo a la sociedad que los adopta incluso a pesar de sus notables diferencias y en las diferentes versiones tanto de Mowgli como de Tarzán se evalúa el conflicto de si son humanos o pertenecen al mundo salvaje.

Curiosamente existe el tropo opuesto: Criado por humanos. Sin embargo, en este caso no solo va de humanos cuidando a un animal cómo si fuera un humano más, sino que el surgimiento de varias vertientes narrativas le ha dado este tropo un uso más común.

Con las bases que Tolkien sentó para las razas de fantasía, el tropo criado por humanos, se ha usado para casos en los que una familia humana cría a un individuo de otra raza; y a su vez con el auge de la ciencia ficción y la proliferación del tema de los extraterrestres el tropo aplica cuando un extraterrestre es criado por una familia en la tierra, cómo es el caso del origen del icónico superhéroe Superman.

Goku de Dragon Ball es otro ejemplo de personaje extraterrestre criado por un humano. Su aventura en la tierra lo ha vuelto quien es, aun así mantiene varias características de la raza saiyayin.

Un tema usual es cómo los personajes que no son humanos buscan su humanidad. Lo más curioso de los temas de la búsqueda de identidad es cómo el personaje con dicho conflicto tiende a ser humanizado, lo que refuerza el tema de la comunidad y la adaptación.

Algo intrínseco a la humanidad son los contextos sociales, los tropos previamente mencionados apelan a contextos muy fantásticos, aunque también la misma ficción nos presenta el caso de niños que son cambiados al nacer y crecen en entornos socioeconómicos diferentes e incluso con el mismo tema de la adopción, podemos evaluar cómo puede desarrollar un niño su identidad siendo criado por una familia que podría ser muy diferente a sus padres biológicos.

Las sociedades construyen una trama en la que el individuo se adapta o al final termina moldeando la misma. Lo maravilloso de la ficción es explorar cómo individuos únicos van construyendo su identidad y percepción de sí mismo en el entorno que ellos crecen, independientemente de su apariencia, raza y si son humanos o no, pero siempre manejándose desde consignas identificables a nuestra naturaleza como seres humanos.


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