Video juego: Armored Core VI: Fires of Rubicon.


No en pocas ocasiones nos hemos referenciado en Escribanía sobre el otro mundo artístico, el que hace protagonista a la audiencia y da horas y horas de diversión a decenas de nichos de mercado, edades y gustos con un catálogo infinito de obras; así es, hablamos del mundo de los video juegos.

Las exageraciones no son superfluas, el mundo de la video jugabilidad ha arrancado a la música y al cine el cetro de la industria con mayores ingresos y su prosperidad no es más que una raya de un tigre que superó, en un tiempo relativamente corto, a toda la competencia en asuntos de generar dinero. Su impacto es tal, que plataformas como X (antes Twitter) se han visto colapsadas por los directos de compañías como Nintendo cuando anuncian los títulos por venir.

Es por esto por lo que creemos en Escribanía que, además de mencionarse o referenciarse, los video juegos merecen un pequeño espacio en nuestras columnas, aunque no sea este nuestro fuerte. Así, hoy hablaremos de la franquicia Armored Core, en su sexta entrega llamada Fires of Rubicon.

Antes de sumergirnos en las características de esta entrega debemos hacer un repaso rápido a qué es la saga de Armored Core. En primer lugar, se define como un juego de acción mecha donde encarnamos a los pilotos de los «AC», máquinas bélicas con capacidad de modificarse y llevar diferentes tipos de armas según corresponda la situación. La saga fue desarrollada por FromSoftware para la Play Station de Sony en 1997, y de allí ha llevado la franquicia a consolas como Xbox 360, Play Station 2, 3, 4 y 5, Xbox One, incluyendo plataformas como móviles o de PC como Steam; Armored Core VI: Fires of Rubicon es, además, distribuido en conjunto a Bandai Namco.

Armored Core VI: Fires of Rubicon nos sumerge de lleno en Rubicon, un planeta cubierto de hielo donde se extrae el Coral, un mineral de altísimo valor con capacidad de combustible y apto para tecnologías bélicas. Después de un cataclismo sucedido hacía un siglo atrás, las corporaciones, Arquebus y Balam, luchan por hacerse de las betas de dicho material, mientras, el Frente de liberación de Rubicon defienden lo que es suyo.

Con esta premisa el juego nos encarna en C4-621, un mercenario y piloto de «AC» a órdenes del Controlador Walter, quien designa los trabajos a nuestro protagonista. Después de la primera misión, donde 621 ingresa como ilegal a Rubicon, se le conocerá como “Cuervo” pues para llevar a cabo operaciones Walter decide robar las credenciales de un piloto caído en combate

Toda esta introducción nos embulle a un maravilloso video juego donde «Cuervo», o sea nosotros, trabajaremos como una línea de soporte de los clientes. Bajo este argumento, el juego se centra mayoritariamente en el modo historia, donde se nos puede disponer de tomas de decisiones durante la partida para desbloquear distintos finales y darle un aire fresco a cada repetición de partida.

Armored Core VI: Fires of Rubicon, cuenta con modo arena y multijugador en línea, donde se puede obtener piezas necesarias para darle poder, resistencia o ventajas estratégicas a tu «AC» llevando la jugabilidad a niveles aceptables de balance y entretenimiento; aunque debes sufrir mucha frustración antes de poder codearte a gusto con los jefes del juego. En este respecto, el juego hace honor a los títulos que le precedieron, y a pesar de pasar por la curva de la experiencia a regañadientes, al final todo vale la pena.

El arte de este Armored Core es bellísimo. Si bien es grosero compararlo con versiones anteriores por las limitantes técnicas, la realidad es que FromSoftware se pulió para darnos una entrega donde cada escenario es ambrosía para la pupila; estructuras magnánimas, jefes titánicos y una ambientación de tundra, le da un toque singular a escenarios abiertos o claustrofóbicos con detalles en cada pared. Se suma a esto a las emanaciones del Coral con su color carmesí que dan un aura de misticismo y futurismo en armonía perfecta. Los mapas son un deleite para el jugador inquieto y hambreado de explorar, en ellos podrás obtener contenedores con piezas nuevas o encontrar «AC» dañados con datos y lore para los más curiosos de saber qué sucedió en Rubicon.

Como no es menos, el apartado de modificación de mechas es un festival de estrategias y posibilidades amplio que ha caracterizado a esta saga. En él puedes crear divertidos diseños de tanques, articulaciones invertidas, plataformas de armas o ultraligeros; el abanico es extenso y las opciones limitadas únicamente por la creatividad del jugador. Cuenta con creador de emblemas y pintado de piezas por separado lo que ha llevado a la imaginación de muchos a diseñar sin fin de patrones donde no faltan Evagelion, Gundam o incluso Bender de Futurama; el límite, reiteramos, está a manos del piloto.

Quizá el único elemento que hace tambalear la inmersión del juego es la música; a diferencia de entregas como Armored Core 2 o Armored Core: Nine Breaker, que contaban con una banda sonora de ritmos acelerados y sonorización singular, Fires of Rubicon entra en el campo genérico de un tecno que no acelera y trata de dársele una épica torpe que no satisface en compás a la catarsis del jugador y las escenas.

El ritmo de la jugabilidad es trepidante y no deja hambre de acción cuando a dar tiros refiere. Las mecánicas, con un escenario por lo general plagado de enemigos, misiles, disparos y láseres por doquier hacen de Fires of Rubicon una joya en la saga, pues no se sale de lo que oferta siempre la franquicia y más bien da valor agregado a lo que cualquier jugador curtido y exigente pide, acción allí por donde tu «AC» transite. Sin embargo, también existe otra vía la cual es menester señalar como crítica, y es que un grupo grande de misiones puedes avanzar sin necesidad de luchar con toda máquina que se atraviese en el camino, haciendo parecer a la experiencia como una carrera de relevos donde llegas al punto A para dirigirte al B y así sucesivamente; esto le quieta acción a la experiencia y deja como un sin sentido la cantidad de enemigos que se han dispuesto a derrotarlos. Es entendible que esto se realice por la munición limitada del “AC”, sin embargo, se desperdicia mucho potencial en la acción.

Otra de las falencias es el balance; si bien tu «AC» debería por lógica razón ser el mejor equilibrado, la mayor parte de máquinas secundarias son dianas que con una secuencia de misiles o diez balas de ametralladora caen rendidos a tus pies. Esto deja mucho qué desear en situaciones donde te ves rodeado, mientras que cuando combates con “AC” de pilotos de la historia la batalla se transforma en un martirio, echando al suelo cualquier sentido coherente del cómo funciona las mecánicas de combate; algunos enemigos te soportan hasta setecientas balas, otros con mirarlos mal se destruyen, esto es desagradable porque, como se dijo anteriormente, hace que el mayor porcentaje del diseño de escenarios no sea más que un adorno.

Por lo general, Armored Core VI: Fires of Rubicon es una secuela entretenida, pulida y disfrutable. Los pecados señalados se solventan con la belleza del juego y la jugabilidad trepidante; además, como cualquier otra entrega de la franquicia, no debes estar al tanto de lanzamientos anteriores para poder disfrutar esta, por tanto, es un juego excelente para quienes apenas se introducen al mundo de Armored Core. Si tuviésemos que darle una nota cuantificable, Armored Core VI: Fires of Rubicon se llevaría con facilidad un 8/10 en la franquicia; es un título digno de llevar su nombre y las falencias no se interponen en lo más importante, entretener al jugador.


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